noviembre 24, 2008

S = k . ln Ω


Intento leer de nuevo. Hacer cosas de nuevo. Empiezo con la idea de renovar y lograr crear cosas diferentes, siempre novedosas, pero nunca ocurre. Cada vez que escucho una canción regresa esa queja de anciano paralizado en el tiempo: eso ya se había hecho antes. Leo a Mailer y se me antoja más suave de lo que creía, leo a Ballard y veo redundantes sus mundos apocalípticos, leo a Lem y creo que es superado en su campo por Vonnegut. Busco ese texto que me vuelva a hacer despertar, pero todo llega con el fardo del tiempo y de la cacofonía. Es como querer enamorarse de nuevo y encontrar nada más que miradas vacías y estáticas. Tener la visión de la entropía en los ojos, como un velo que no se quita: una de esas postales de documental donde las nubes sobre la ciudad pasan rápido, y el cielo se oscurece, y aparecen las estrellas, y las nubes pasan rápido, de nuevo. El desgaste como fórmula única, el logaritmo neperiano funcionando en todo su esplendor, las constantes como idealizaciones de sólidos arquimedianos. Todo se convierte en un movimiento imposible de abrazar y entonces entra la metáfora como fórmula única de aprehensión, una aprehensión que subyace a la palabra, a la imprecisión, a una interpretación hermenéutica que nunca podremos concebir. Es por eso que volvemos a las imágenes, a la ficción como posibilidad de verdad, al arte como real representación de lo fáctico... y buscamos ese libro, esa canción que nos haga despertar. Y al final la búsqueda es infructuosa, siempre estará ese eco que se pierde: eso ya se había hecho antes, y no lo hice yo.

1 Comments:

  • At 8:15 a. m., Blogger Cauchola said…

    Uf, el hastío y hasta la lluvia afuera se vuelve un lugar común! Seguro llagará el mometo de dejar de estar zurumbáticos.

     

Publicar un comentario

<< Home