abril 21, 2008

¿qué se siente ser una roca girando?

How does it feel to be on your own, with no direction home, like a complete unknown, like a rolling stone?

Es fin de semana. El hombre que vende los cigarrillos a la salida del trabajo (e insiste en llamarte Señor Moncayo) ha preguntado si vas a salir esa noche. “¿Mucha rumba hoy?”- dice. Asientes con una sonrisa falsa: “Voy a ver una película, quizá” –respondes. Él estira los labios como demostrando incredulidad: “Será en un motel” – dice, y se ríe de manera atronadora. Antes de seguir con la charla, alguien ha llegado a comprar. Él se despide rápidamente y aprovechas para correr lejos de ahí. En el bus sigues leyendo con atención otro capítulo de la “Historia Natural del Disparate”, y llegas a casa. La respuesta improvisada de esa tarde suena agradable, cada vez es más difícil salir, menos cómoda la calle: demasiada gente. Enciendes el televisor, pones un disco y Bob Dylan cuenta su historia. Repites cuatro veces la presentación en vivo de “like a rolling stone” en la que se puede escuchar abucheos y gritos de “traidor” todo el tiempo. A Bobby no le interesa mucho (al menos así lo aclara), tiene en la cabeza la idea del tiempo, la idea del constante cambio. En cortos de dos minutos, Bob Dylan envejece, y rejuvenece; su imagen da saltos hacia los setenta, la primera década del siglo veintiuno, los sesenta, los noventa... Afuera, se escuchan los gritos de la gente que sale y entra de los bares. Haces propias las palabras de Bobby: “no me interesa, el cambio... el tiempo... envejecer...” Cada vez te crees más parecido al Dylan que cuenta, que al Dylan que canta. Afuera suena algo, al mirar por la ventana notas que un carro ha dado dos vueltas sobre sí mismo, en su camino se ha llevado un poste de luz y un árbol. Mucha gente se agolpa: unos, desesperados, llaman por sus móviles, otros filman con sus celulares los destrozos. Reconoces en la calle tres amigos: miran tu ventana y te saludan, pero “no, no quiero bajar, gracias”. Repites para ti las palabras de Bob, como tratando de convencerte “...tiempo ...cambio”. Los gritos siguen, ahora al parecer hay una pelea, un borracho, alguna pareja en sus fines. Dos amigas llegan de repente: estuvieron cerca, a una le han robado sus cosas, la otra tuvo una discusión política con un desconocido. Al fondo sigue hablando Bob, les dices que duerman en la sala. Cuando regresas a la pantalla otra vez: los gritos de "traidor" están en primer plano y “like a rolling stone” de fondo. Siempre que escuchabas esa canción imaginabas el mito de Sísifo, y la bola de nieve que bajaba. Los cambios... el tiempo... ahora te preguntas si estas rodando... si eres esa roca que baja. En la sala duerme la aventura, los golpes, las relaciones que empiezan y terminan. Tú ruedas. Nunca supiste si para crecer con más nieve, o para arrasar con árboles y postes de luz... La respuesta de esa noche fue cerrar los ojos y dormirte pensando en empezar la escritura de la Historia Natural de tu Disparate.

3 Comments:

  • At 4:01 p. m., Blogger Cauchola said…

    ¿existe eso de la historia natural del disparate? si es así cuéntemelo todo, sino, pues tocará empezar a escribirla desde ahora.

     
  • At 9:09 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Me encantó el texto.
    Me encantó la imagen.
    Me encantó el blog.
    Gracias por tus comentarios.

     
  • At 11:11 p. m., Blogger Unknown said…

    Yo cambiaría de expendedor de cigarrillos...

     

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